El día del 29 de mayo de 1991 la organización terrorista ETA cometía uno de sus atentados más sangrientos. A las siete y cinco de la tarde hacía estallar un coche bomba en la casa cuartel de la Guardia Civil en Vic (Barcelona), que quedó totalmente destruida y causó la muerte de diez personas, tres guardias civiles, un policía municipal, dos familiares de los guardias y cuatro niñas, en edades comprendidas entre 7 y 14 años, que vivían en el cuartel y causó heridas de diversa consideración a otro medio centenar de personas. Los muertos son el guardia civil Juan Chico Alex y su esposa, Nuria Ribó Perera, el guardia Juan Salas Piriz y su suegra, Luque Baudilla, el guardia Francisco Cipriano Díaz, de 18 años, y las niñas Ana Cristina Porras López, de 10 años; Vanesa Ruiz Lara, de dos; María Pilar Quesada Araque, de 8, y Rosa María Rosa de 14, y el policía municipal de Vic Ramón Mayo. El atentado se produjo cuando numerosos familiares de los guardias se encontraban en sus viviendas y algunos niños jugaban en el patio, entre quienes se encontraban las tres primeras niñas cuyos cuerpos quedaron destrozados. Los terroristas lanzaron el coche, un Renault 6, cargado con unos 70 kilogramos de explosivos contra una puerta lateral de la casa cuartel. La deflagración, a la que siguió un incendio, derrumbó el inmueble del que sólo quedó en pie la fachada y hubo de ser totalmente demolido.
Los terroristas que componían el comando eran Juan José Zubieta Zubeldia, Jon Félix Erezuma y Joan Carles Monteagudo.
Descansen en paz. +++++++++++
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