El 24 de octubre de 1973, varios etarras, secuestraron y torturaron hasta la muerte en Francia a tres jóvenes a quienes confundieron con policías.
José Humberto Fouz Escobedo, Jorge Juan García Carneiro y Fernando Quiroga Veiga fueron a San Juan de Luz para ver la película "El último tango en París", prohibida en la España franquista. A la salida de la película decidieron tomar una consumición en el establecimiento "La Licorne" en Bidart, en pleno santuario de refugiados vascos, donde se toparon con un grupo de etarras, que les confundieron con policías españoles. Tras una pelea redujeron a los jóvenes gallegos y les secuestraron, llevandoseles a una granja donde les interrogaron para que confesasen que eran agentes de las Fuerzas de Seguridad, de la misión que les había llevado hasta su "santuario" y de los conocimientos que tenían de la banda. Años después Mikel Legarza "El lobo" que en aquellos años se había infiltrado en ETA, relata que el ex dirigente José Manuel Pagoaga "Peixoto" le confesó que a los tres les habían sacado los ojos con destornilladores. A medida que se afianzaba la hipótesis de ETA como autora del crimen, disminuía el interés de las autoridades francesas por esclarecerlo, para no irritar a la amplia colonia terrorista a la que amparaba en su territorio. El caso no se investigó en profundidad, ni por las autoridades francesas, ni por las españolas. Descansen en paz. +++
José Humberto Fouz Escobedo, Jorge Juan García Carneiro y Fernando Quiroga Veiga fueron a San Juan de Luz para ver la película "El último tango en París", prohibida en la España franquista. A la salida de la película decidieron tomar una consumición en el establecimiento "La Licorne" en Bidart, en pleno santuario de refugiados vascos, donde se toparon con un grupo de etarras, que les confundieron con policías españoles. Tras una pelea redujeron a los jóvenes gallegos y les secuestraron, llevandoseles a una granja donde les interrogaron para que confesasen que eran agentes de las Fuerzas de Seguridad, de la misión que les había llevado hasta su "santuario" y de los conocimientos que tenían de la banda. Años después Mikel Legarza "El lobo" que en aquellos años se había infiltrado en ETA, relata que el ex dirigente José Manuel Pagoaga "Peixoto" le confesó que a los tres les habían sacado los ojos con destornilladores. A medida que se afianzaba la hipótesis de ETA como autora del crimen, disminuía el interés de las autoridades francesas por esclarecerlo, para no irritar a la amplia colonia terrorista a la que amparaba en su territorio. El caso no se investigó en profundidad, ni por las autoridades francesas, ni por las españolas. Descansen en paz. +++
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