jueves, 8 de diciembre de 2011

Ramón Díaz García, Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo, Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez.

El día 8 de diciembre de 1990, seis agentes del Cuerpo Nacional de Policía fueron asesinados por miembros del comando Barcelona de ETA mediante la explosión de un coche-bomba en la confluencia de las calles Josep Aparici y Robot i Serra de Sabadell (Barcelona). A las cinco menos cuarto de la tarde los agentes se dirigían en dos furgonetas al estadio de fútbol de la Nova Creu Alta, donde iban a custodiar un partido de futbol; la explosión del coche-bomba alcanzó de lleno a la segunda furgoneta del convoy, provocando la muerte en el acto de seis policías nacionales: Ramón Díaz García, Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo, Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez. Otros dos agentes que viajaban en el mismo furgón policial, resultaron heridos de gravedad y fueron ingresados en el Hospital de la Santa Fe de Sabadell. Entre los restos del furgón policial quedaron atrapados los cuerpos de cinco agentes, mientras el sexto fallecido salió despedido del furgón y fue a estrellarse contra la verja de la escuela que estaba junto al lugar de la explosión. Además, nueve civiles que transitaban por la zona cuando se produjo la explosión resultaron heridos de diversa consideración y unos doscientos vecinos resultaron afectados por estragos materiales en las viviendas y automóviles que se encontraban en las inmediaciones del coche-bomba en un radio de hasta cuatrocientos metros del lugar de la explosión. Descansen en paz. ++++++
El asesinato de los seis policías fue cometido por dos de los participantes en la masacre contra la casa cuartel de Vic que fallecerían al día siguiente del brutal atentado en un enfrentamiento con la Guardia Civil en la localidad de Llissá de Munt (Barcelona). Se trata de Juan Carlos Monteagudo Povo (jefe del comando Barcelona de ETA y exdirigente de Terra Lliure) y Juan Félix Erezuma Uriarte; ambos se resistieron a ser detenidos repeliendo a los guardias civiles mediante sus armas de fuego.

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