José Antonio Lasa Arostegi y José Ignacio Zabala Artano

La madrugada del 16 de octubre de 1983, dos guardias civiles secuestraban en Bayona a los miembros del comando Gorki de ETA militar, José Antonio Lasa Arostegi y José Ignacio Zabala Artano; tras ser interrogados, fueron llevados a un acantilado de la localidad alicantina de Busot y allí fueron asesinados y enterrados. El Comandante Enrique Rodríguez Galindo y el Gobernador Civil José Julián Elorriaga organizaron, como vía para acabar con la actividad terrorista de ese grupo, entonces tremendamente cruenta, la detención en Francia y el traslado a España de aquellos miembros de ETA que consiguiesen localizar, a fin de obtener información y eligiendo la villa llamada La Cumbre, sita en el Alto de Aldapeta de San Sebastián. Los hechos se desarrollaron desde el día 15 de octubre de 1983, cuando dos guardias civiles estuvieron en Bayona, siguiendo a Lasa y Zabala; ya pasada la media noche, sobre las 0:30 horas ya del día 16, les vieron solos en la calle Tonneliers, a la altura del nº 11, dirigiéndose a un coche, les abordaron y lograron inmovilizarlos e introducirlos en los coches que llevaban; y, con ellos ocultos, pasaron la frontera y llegaron a San Sebastián. Desde el día 16 de octubre de 1983 Lasa y Zabala estuvieron detenidos en La Cumbre durante varios días. Una vez concluidos los interrogatorios y las torturas a los que fueron sometidos Galindo, Elorriaga, Vaquero, Dorado y Bayo decidieron darles muerte para hacerlos desaparecer, les trasladaron atados, amordazados y con los ojos vendados a la Foya de Coves, en Busot, Alicante. Con una pistola hicieron un disparo a José Antonio Lasa en la cabeza, y dos a José Ignacio Zabala, también en la cabeza, lo que les causó la muerte inmediata. Después arrojaron los cuerpos, sin ropa a una fosa y los cubrieron con tierra y cal viva. El día 20 de enero de 1984 un hombre reivindicó el atentado en nombre de los GAL. Un año después, el día 20 de enero de 1985, un cazador encontró, esparcidos por las alimañas, los restos humanos de los dos etarras. Aunque los cuerpos aparecieron en enero de 1985 no fueron identificados hasta 1995 a raíz de las investigaciones realizadas por el comisario Jesús García, que falleció precisamente durante la celebración del juicio en 1996. En dicho juicio resultaron condenados como autores Enrique Rodríguez Galindo, Enrique Dorado Villalobos y Felipe Bayo Leal. RIP. ++