El viernes día 11 de noviembre de 1978 ETA asesinaba en la carretera que une Beasain con Zumárraga, a la altura de Ezkio-Itsaso, a los guardias civiles José Rodriguez de Lama y Lucio Revilla Alonso. Los terroristas del comando Urola de ETA habían preparado una bomba con veinte kilos de Goma 2 y metralla, con un cable de más de cincuenta metros para activarlo a distancia con la intención de hacerlo estallar al paso de vehículos de la Guardia Civil, y escondida en un terraplén. A las diez de la mañana, al paso de una patrulla compuesta por dos Land Rover de la Guardia Civil, los terroristas hicieron explotar la bomba. El vehículo, en el que viajaban tres agentes, saltó por los aires y quedó partido por la mitad a varios metros de distancia del lugar de la explosión. José Rodríguez y Lucio Revilla salieron despedidos del Land Rover y sus cuerpos destrozados cayeron a más de quince metros del vehículo. El tercer guardia civil ocupante del vehículo resultó herido de gravedad y fue trasladado urgentemente al Hospital Militar de Vitoria. Descansen en paz. ++
En 1987 la Audiencia Nacional condenó a Mercedes Galdós Arsuaga “Bitxori” a 27 años de prisión por cada uno de los dos asesinatos, y a otras cuatro penas de 17 años de prisión por los asesinatos frustrados. Salió de prisión en septiembre de 2005, tras cumplir sólo 19 años de cárcel del total de 700 años a los que fue condenada. En 1995, tras ser extraditado por Francia, la Audiencia Nacional condenó a Félix Ramón Gil Ostoaga “Zaldi” a una pena de 29 y a otra de 27 años de prisión como autor del asesinato de los dos guardias civiles; fue puesto en libertad en octubre de 2002, tras cumplir sólo 13 años de condena, a pesar de que acumulaba condenas que sumaban casi 300 años por otros asesinatos. También participó en el atentado José María Zaldúa Corta “Aitona”, que falleció de un infarto en septiembre de 2010 mientras paseaba en bicicleta en la localidad francesa de Aix-en-Provence. Otro autor material del asesinato fue Juan Manuel Bereciartúa Echaniz “Pakea”, huido a Venezuela en 1984, donde se convirtió en empresario y cocinero, sin haber sido juzgado por ninguno de los atentados en los que participó. El último integrante del comando Urola de ETA fue Ramón Oñaederra “Katu” que murió en atentado de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) en 1983.
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