martes, 8 de noviembre de 2011

Juan Sánchez Sierrro

El jueves 8 de noviembre de 1984 ETA militar asesinaba a tiros en la localidad guipuzcoana de Zestoa a Juan Sánchez Sierrro, electricista. Juan Sánchez Sierro fue sorprendido por sus asesinos, pasadas las siete y media de la mañana, en las proximidades de su domicilio, en el centro de Zestoa, cuando paseaba con su perro. Un joven le salió al paso y le preguntó si era conocido en el pueblo como “maixu txikia” (pequeño maestro) a lo que Juan respondió afirmativamente; entonces el individuo le obligó a que se introdujera en un coche Renault 5. El coche había sido robado a punta de pistola media hora antes y su propietario estaba retenido en el interior junto con dos terroristas que lo vigilaban. Los miembros del comando Goierri-Kosta de ETA dirigieron el vehículo hacia la cantera de Aizarna con los dos hombres retenidos y el perro de Juan Sánchez. Una vez allí, los terroristas indicaron al dueño del coche robado que se alejara del lugar; seguidamente bajaron del coche a Juan Sánchez y le asestaron tres tiros por la espalda y en la cabeza, uno de los cuáles le alcanzó en la nuca provocándole la muerte en el acto, después de lo cual se dieron a la fuga en el Renault 5 robado. Minutos más tarde una persona que decía hablar en nombre de ETA militar reivindicó el asesinato de Juan Sánchez Sierro mediante una llamada telefónica a la Policía Municipal de Zestoa e indicó dónde habían abandonado el cadáver del fallecido e insistiendo que era importante que se diera aviso a la Guardia Civil. Cuando llegaron los miembros de los servicios sanitarios encontraron al perro de Juan Sánchez guardando el cadáver de su amo y lamiéndole el rostro ensangrentado. Tal y como habían previsto los asesinos, varios efectivos de la Guardia Civil se presentaron en lugar, localizando tres casquillos de bala del calibre 9 mm. Parabellum y una bomba-trampa preparada para ellos, escondido entre las piedras y compuesto por un kilo de Goma-2 y metralla. RIP. +

Cinco años después del atentado, en 1989, la Audiencia Nacional condenaba a José Antonio López Ruiz “Kubati”, a 30 años de reclusión y a José Miguel Latasa Guetaria “Fermín”, como cómplice, a 20 años de reclusión. En 2001 la Audiencia Nacional condenaba por el atentado contra Juan Sánchez Sierro a otros dos etarras, Miguel Ángel Gil Cervera “Kurika” e Ignacio Bilbao Beascoetxea “Iñaki de Lemona” a penas de 42 años de cárcel por un delito de asesinato y otro de utilización ilegítima de vehículo a motor con rehenes. Ignacio Bilbao habría sido, según la sentencia, quien efectuó los tres disparos que acabaron con la vida de Juan Sánchez Sierro.

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